martes, 10 de marzo de 2009

¿Un arte perdido?

La ciencia y la tecnología se encargan de facilitarnos mucho la mayoría de nuestras labores; que se traduce en comodidad y bienestar; sin ellas, indudablemente seguiríamos alejados del progreso. Más sin embargo, al suceder esto, se reemplazan algunas cosas por otras, tal es el caso de las cartas del correo postal por el internet (el Messenger y los correos electónicos), los mensajes y llamadas a teléfonos celulares . ¿Qué haríamos sin las charlas en línea? ... ¿sin sus divertidos emoticones, sin la rapidez (segundos) con la que se envian y se reciben, sin la facilidad de contactarnos con personas de todas partes del mundo, sin un celular que llevemos con nosotros a cualquier parte y en cualquier momento?


Sin duda, el internet y el celular se han vuelto indispensables en la vida de muchos de nosotros y tienen más ventajas que desventajas; pero las cartas guardan algo que no hacen los medios electrónicos: el contacto humano y con ello, la emoción y el entusiasmo de espera de la carta de ese ser amado, la calidez de las letras al transmitir el mensaje, el romanticismo del trazo y la caligrafía perfecta (de quienes la tienen). Al escribir una carta con nuestro puño y letra, podemos tomarnos nuestro tiempo sin tener que preocuparse de que se pueda apagar la computadora o de si hay luz eléctrica o no, de distracciones en la red, del saldo del celular, etc.; al relajarnos por esto, prestamos más atención a nuestro alrededor enfocando bien los sentidos para lograr transmitir el mensaje que deseamos y sentimos

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